lunes, 13 de septiembre de 2010

Yo soy el uno y no el dos

Carecía de poder, su mirada deslumbraba en la oscuridad, y sus manos hacian mágia cuando rozaban mi cuerpo. Susuros que hacian que me volviera loca, miradas que me hacian creer en todo aquello que nunca crellera. Son hechos, un beso en la mejilla, un abrazo inesperado, un cruce de miradas en un lugar insolito, unas palabritas que hacen que me salga la sonrisilla.
Esta batalla está ganada por los buenos recuerdos, aunque los malos son demasiado dolorosos.
Una palabra escrita en mi piel que representa todo lo que eres.

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