sábado, 25 de diciembre de 2010

¿Que ganábamos cuando echábamos tanta mierda por estas boquitas tan bonitas que Dios nos dio?

El miedo me hizo inmune ante cualquier gilipollez que pudiera salir de su boca, ante cualquier arrebato de ira que intentara dañar lo mas mínimo mi sistema de defensa ante los graciosos de turno como él. Sé que seré capaz de soportar toda la mierda que me eche encima, sé que lograré superar cualquier obstáculo que intente poner en mi camino. A lo mejor me creo demasiado invencible, de vez en cuando por mi cara puede que caiga alguna lagrima de rabia por todo esto que me pude dar, pero sé que saldré de este enorme agujero dándole una patada en los huevos de recompensa, dándole la gracias por haberme hecho tan fuerte, por ayudarme a construir un muro al rededor del corazón.
Gracias.